Chamanes en el rompecabezas cósmico


Sólo son seres humanos y, sin embargo, son mucho más que eso. Aunque existe un corpus de conocimiento teórico, se accede al chamanismo exclusivamente por la árida senda de la experiencia. El chamán se "suicida" conscientemente y efectúa el viaje de la muerte, en el cual afronta, en la mayoría de los casos, graves riesgos. Aprende sobre lo que hay más allá y retorna a la vida convertido en un nuevo ser capacitado para ser guía de otros. Un terrible y disciplinado entrenamiento que durará toda su vida, hace de él un especialista en el arte de alterar a voluntad sus estados de conciencia y los de sus semejantes, lo que siempre hace con sumo cuidado y en pos de objetivos concretos. El chamán sabe muy bien que con los "otros" mundos u otras realidades no se juega. Desde tiempos inmemoriales conoce algo que la ciencia moderna comienza apenas a intuir y comprobar (en la física cuántica, por ejemplo): que la realidad depende del estado de conciencia en el que se vive y que las realidades de los estados alterados son tan ciertas como ésta en la que estamos; todas las realidades están "ahí como las capas de una cebolla", diría Don Juan a Castaneda. El chamán está consciente también de que ningún estado de conciencia es superior a otro y que todos son necesarios par ala vida, por lo que reconoce su humilde ubicación en el Universo.

Los que más prejuicios tienen respecto al concepto de realidad no normal son aquellos que jamás la han experimentado. A este paralelo del etnocentrismo podríamos denominarlo cognicentrismo, afirma Michael Harner. Una vez que se haya adquirido un conocimiento empírico de los estados chamánicos de conciencia empezarán a respetar sus principios metodológicos. Quizá entonces estaremos preparados para llevar a cabo un análisis imparcial y científico de estos.

Sin embargo, las figuras del chamán y el científico no están tan separadas como creemos, y el propio Harner señala con acierto que el chamán –al igual que el científico– está continuamente reorganizando sus experiencias personales como si fueran parte de un gran rompecabezas cósmico. Se necesitan muchos años de experiencia para alcanzar un alto grado de conocimiento y ni siquiera los maestros chamanes tienen la esperanza de completar el rompecabezas en el transcurso de su vida.

... Yo practico el chamanismo no porque desde un estado normal de conciencia entienda por qué funciona, sino simplemente porque funciona, comentó un chamán moderno a Michael Harner.

El chamán se nos revela así como un ser solitario que se aventura en las dimensiones desconocidas de la psiquis. No deja de sorprender que sea el retraso tecnológico de las culturas a las que pertenecen el que haya permitido que estos hombres y mujeres exploraran hasta el límite las potencialidades y habilidades de la mente humana. Sus métodos, si bien conjuntan medicina, psicología y espiritualidad, son superiores a todas ellas.




LAS METAS DEL CHAMÁN
Su actividad se orienta a curar, a sanar. Busca actuar siendo él mismo una medicina, una solución viviente. Desarrolla una relación de ayuda con el paciente. Al comenzar cualquier trabajo chamánico siempre tiene un propósito. El problema es tomado por el chamán como un reto; él sabe que está dotado de un gran poder y que es fuente de inspiración y confianza al mismo tiempo. Sus tareas, en términos generales, son:
  • Restaurar la salud.
  • Limpiar
  • Purificar.
  • Mejorar las relaciones del paciente con su pueblo y su entorno.
  • Explicar lo que está ocurriendo y aportar la solución.
Estas acciones pueden desarrollarse sobre problemas físicos, emocionales, espirituales y/o sociales. Sin embargo, lo que diferencia específicamente al chamán de otros seres es que logra estados alterados de conciencia. Es decir, modifica deliberadamente su atención con un propósito específico durante su trabajo. Mientras dura la tarea, su entrega a la misma es prácticamente total, absoluta. La capacidad de enfocar su atención selectivamente llega a ser de una concentración tal que el chamán muchas veces queda en un estado casi cataléptico.

Al intervenir sobre un cuerpo o al "sanar" las relaciones interpersonales, hará continuas referencias al mundo del "espíritu" o Estado Chamánico de Conciencia (EchC), en el cual fundamentalmente se "mueve".

En algunos lugares de Canadá, como Thunder Bay (Ontario), los ojiwey utilizan la técnica del temazcal o Cabaña de Sudar en el tratamiento de fuertes problemas de alcoholismo y drogas. Ambas sustancias pueden actuar de manera global sobre la persona y sus interrelaciones, y por tanto es razonable pensar que los tratamientos integrales chamánicos son muy eficientes.

De hecho, hay que diferenciar entre chamán y chamanismo: todos los actos de un chamán no son necesariamente actos chamánicos. Y personas no-chamanes pueden utilizar o desarrollar trabajos basados en tales técnicas.

Lo básico, la característica esencial del chamanismo, es la capacidad de entrar a voluntad en un estado chamánico de conciencia, con un propósito terapéutico o para buscar conocimiento. En ocasiones se desea alcanzar ambos objetivos. Terminado este trance, el chamán debe poder recordar todo lo que ocurrió durante el mismo.

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Extraído de:
Diana, Julio. (2005). Chamanismo, sanación y conocimiento. D.F.: Editores Mexicanos Unidos, S.A.