El amaranto, alimento ancestral de nuestra América


Amaranto, pira, bledo o yerbacaracas, tantos nombres para esta modesta planta que crece en terrenos baldíos, orillas de caminos y como “maleza” en muchos cultivos.



Es una hierba de alrededor de 1-1,5 m de altura. Posee inflorescencias en espigas con semillas diminutas con un alto contenido proteico. Sus hojas, con valor medicinal y nutricional, se utilizan para la preparación de ensaladas, sopas y guisos. Este género posee una amplia distribución en las zonas subtropicales y tropicales del mundo, siendo originarias de América 40 de las 70 especies del género. Varias especies eran usadas por los indígenas de toda América, constituyendo la base de la alimentación de muchas sociedades prehispánicas, incluso mucho antes que de que el maíz transitara por el fantástico proceso de la domesticación humana.


Las especies graníferas de amaranto fueron domesticadas hace más de 7.000 años en el altiplano central de México, Mesoamérica y los Andes centrales, convirtiéndose en pseudocereales cuyo contenido nutricional es superior al del maíz, arroz, trigo y soya. En Venezuela crecen 8 especies hortícolas, entre las que destacan el bledo o yerbacaracas (Amaranthus dubius), cuyo nombre indígena dado por el pueblo toromaima, le confirió el nombre a nuestra ciudad capital. También están la pira brava o pira espinosa (Amaranthus spinosus) y la pira dulce (Amaranthus viridis), todas con una amplia distribución. Uno de los mayores retos de la sociedad actual es proveer la mayor cantidad de alimentos de una forma ecológicamente sustentable, es decir, producir alimentos sanos con el menor impacto posible en los suelos y las aguas. En este marco, el rescate y revitalización de los saberes sobre especies autóctonas subutilizadas, en especial en el trópico americano o Neotrópico, constituye una tarea prioritaria, para lo cual destaca esta sencilla y a la vez maravillosa planta.

Autor de este artículo: Wilmer Oswaldo Carmona Pinto
Investigador del Museo de Ciencias de Caracas
Cursante del doctorado en Botánica de la Universidad Central de Venezuela