(2/4) 38 beneficios del Yoga



11.-Descenso del nivel de Cortisol (hormona del estrés)
El Yoga desciende el nivel de cortisol. Si eso no suena como gran cosa, piensa en esto: Normalmente las glándulas adrenales secretan cortisol en respuesta a una aguda crisis, lo que temporalmente deprime el sistema inmunológico. Si los niveles de cortisol permanecen altos, incluso después de que la crisis haya pasado, pueden comprometer el sistema inmunológico. Temporalmente, los “chutes” de cortisol ayudan a mantener fuerte la memoria de largo plazo, pero altos niveles de cortisol de forma crónica, debilitan la memoria y pueden producir cambios permanentes en el cerebro. Adicionalmente, los niveles de cortisol alto están relacionados con la depresión, la osteoporosis (extrae el calcio y otros minerales de los huesos e interfiere con la absorción de los mismos), la presión arterial alta y la resistencia a la insulina. En las ratas, los niveles de cortisol altos las conducen a lo que los investigadores llaman "comportamiento compulsivo de búsqueda de comida" (el mismo que uno siente cuando está deprimido, enfadado o estresado). El cuerpo toma esas calorías extras y las distribuye en forma de grasa en el abdomen, contribuyendo a ganar peso con riesgo de diabetes y un ataque al corazón.


12.- Es la hora feliz
¿Te sientes triste?. Siéntate en la postura del Loto. Mejor todavía. Te levantas y te estiras en un arco hacia atrás o te colocas en aristocrática postura del Rey Danzarín. Bueno… aunque no es tan simple como eso, un estudio ha descubierto que una consistente práctica de Yoga mejora los estados depresivos y produce un significativo aumento del nivel de serotonina y una disminución de los niveles de monoamina oxidasa (una enzima que anula los neurotransmisores) y el cortisol. En la Universidad de Wisconsin, Richard Dadivson, Doctor en Medicina, descubrió que el córtex prefrontal izquierdo aumenta su actividad en los meditadores, un encuentro que ha sido corelacionado con más altos niveles de felicidad y mejor función del sistema inmunológico. En los practicantes veteranos se han observado efectos colaterales positivos muy espectaculares.

13.- Cuestión de peso
Moverse más y comer menos. Este es el adagio de cualquier persona que hace una dieta. El Yoga puede ayudar en ambos frentes. Una práctíca regular te pone en movimiento y te ayuda a quemar calorías, y las dimensiones espirituales y emocionales de tu práctica puede estimularte a comer menos y a regular los problemas de peso en un nivel más profundo. El Yoga puede también inspirarte a conseguir ser más consciente en los hábitos alimenticios.






14.-Bajos Índices de Enemigos (azúcar, colesterol, etc.)
El Yoga reduce el nivel de azúcar en la sangre y el LDL (colesterol “malo”) y aumenta los niveles de HDL (colesterol “bueno”). Se ha descubierto que en las personas con diabetes que practican Yoga, el nivel de azúcar ha descendido de varias maneras: reduciendo el cortisol y la adrenalina, promocionando pérdida de peso y mejorando la sensibilidad a los efectos de la insulina. Si se descienden los niveles de azúcar, disminuirá el riesgo de complicaciones como lo son el ataque al corazón, fallos renales y ceguera.

15.- Ondas cerebrales
Un importante componente del Yoga es focalizarse uno mismo en el presente. Varios estudios han encontrado que la práctica regular mejora la coordinación, tiempo de reacción, memoria e incluso los niveles de coeficiente intelectual. Las personas que practican Meditación Transcendental demostraron una mayor habilidad para resolver problemas y recabar y recordar información, probablemente porque están menos distraídos con sus pensamientos los cuales pueden perturbar una y otra vez como una cinta sin fin.

16.- Centros nerviosos
El Yoga estimula la relajación, enlentece la respiración y te centra en el presente, armonizando el equilibrio entre el sistema nervioso simpático (el de la respuesta de huye o lucha), y el sistema nervioso parasimpático. El último es calmante y restaurador, disminuye el ritmo cardiáco y respiratorio, desciende la presión arterial y aumenta el volumen de sangre a los intestinos y los órganos reproductivos, comprendiendo todo ello lo que Herbert Benson, Doctor en Medicina, llama la respuesta de relajación.




17.- Equilibrio y Manejo del Espacio
La práctica regular del Yoga aumenta la propiocepción (la habilidad para sentir lo que el cuerpo está haciendo y cómo está situado en el espacio) y mejora el equilibrio físico. Las personas que tienen malas posturas o patrones de movimiento disfuncionales, normalmente tienen un sentido de la propiocepción muy pobre, lo cual está ligado a problemas de rodilla y dolor en la espalda. Una mejora en el equilibrio podría significar menos caídas. Para la gente mayor, esto se traduce en más independencia y en el retraso para asumir la necesidad de ir a una residencia atendida e incluso no tener necesidad de ir a ninguna. Para el resto de nosotros, las posturas, como por ejemplo El Árbol pueden hacernos sentir menos enclenques.


18.- Control sobre los Centros Neurálgicos

Algunos yoguis avanzados pueden controlar sus cuerpos en formas extraordinarias, muchas de las cuales están dirigidas por el sistema nervioso. Los científicos han monitorizado a yoguis que podían inducirse a sí mismos ritmos cardíacos inusuales, generar específicos patrones de ondas cerebrales utilizando técnica de meditación, elevar la temperatura de sus manos a 15 grados F. Solo ellos pueden utilizar el Yoga para hacer eso, quizás nosotros podríamos aprender a mejorar el flujo de sangre hacia la pelvis si una mujer está tratando de quedarse embarazada o inducirse a la relajación cuando se tengan problemas de insomnio.

19.- Soltar los músculos
¿Has sido alguna vez consciente de la tensión mortal con la que uno sostiene el auricular del teléfono o el volante del coche, o cómo constreñimos la cara cuando miramos a la pantalla del ordenador? Estos hábitos inconscientes pueden conducir a tensión crónica, fatiga muscular, sensibilidad dolorosa en las muñecas, brazos, hombros, cuello y cara, lo cual puede aumentar el estrés y empeorar el estado de ánimo. Al practicar Yoga comienzas a darte cuenta dónde mantienes las tensiones: puede ser en la lengua, los ojos, los músculos de la cara y el cuello. Si simplemente se pone uno en contacto con ellos, puede soltar la tensión de la lengua y de los ojos. Con los músculos más grandes, como los cuadriceps, trapecio o nalgas, puede llevar un año de práctica el aprender a soltarlos.



20.- Restauración y Descanso
La estimulación es buena, pero en demasía ataca al sistema nervioso. El Yoga puede aportar ayuda para mitigar el ajetreo histérico de la vida moderna. Las asanas restauradoras, Yoga Nidra (una forma de relajación guiada), Savasana (postura de Relajación Profunda Consciente), Pranayama (técnicas respiratorias de Yoga), la meditación que nos protege de los estímulos externos, el llevar los sentidos hacia el “interior”, son herramientas que nos ayudan en nuestro sistema nervioso. Otro “producto” generado por la práctica diaria del Yoga en un sueño mejorado, lo que significa sentirse menos cansado y estar menos proclives a sufrir accidentes.

Artículo del Dr. Timothy McCall
Traducción de los textos Rosa Cobos Asteguieta
Tomado prestado de la página Lo de Rosa y Miguel